Cada 365.24 días el mundo celebra la llegada de un nuevo año y como derivación directa, con esta celebración anhelamos, atesoramos y enarbolamos nuevos deseos, metas, propósitos y planes.
En pertinente ocasión de tan feliz celebración, nos honra compartir con los celebrantes juicios de valor estableciendo la diferencia entre estos conceptos y; segundo, analizar cuán útil
seria plantearnos sistemáticamente en la apertura de cada año calendario las notables diferencias entre los conceptos antes mencionados.
Cortés, 1998, define planificación de la siguiente manera: «Es el proceso de definir el curso de acción y los procedimientos requeridos para alcanzar los objetivos y metas. El plan establece lo que hay que hacer para llegar al estado final deseado».
En armonía con esta definición podemos afirmar, que la más superficial e inicial lectura de las Sagradas Escrituras, específicamente al libro de Génesis, está contemplada la más primigenia aplicación de la planificación. En la apertura de este libro se evidencia una serie de acciones implementadas para cumplir determinados objetivos; por tanto, hay planificación técnica; y no podía ser de otra manera, porque la planificación es la herramienta más poderosa que nos regaló el Creador y lo hizo a través del ejemplo.
Destacamos el sitial extraordinario de la planificación en el libro de Génesis, porque el propósito de Dios para su creación y de manera muy específica para los seres racionales, es una verdadera empresa de redención. Es una empresa quebrada por la desobediencia humana; por lo tanto, tenía que ser restaurada observando todo el rigor de la hoy llamada planificación
estratégica, y se realiza:
Sugerimos leer o releer el referido libro y se verificará que esos siete pasos son identificables en la empresa redentora de Dios en beneficio del ser creado a su imagen y semejanza.
Dios es Dios, él pudo haber creado el mundo en un chasquido de dedos, pero no, prefirió sentarse a hacer una agenda que desarrollaba d/d. Esto, para mostrarnos la importancia que tiene la planificación en todo lo que hacemos.
Tengo la convicción, que la planificación es un bienaventurado legado del Creador del universo; consecuentemente, en esa carta magna de la planificación que es el libro del Génesis, tenemos el referente más sustancial para la planificación que conducirá a la
consecución de nuestros objetivos más acariciados en el orden personal, familiar, profesional, social y comunitario. Cabe destacar, que en correcta armonía con el carácter de Dios, el protagonista del libro de referencia, nuestros objetivos tienen que estar exentos de egoísmo, de banalidades y todo acto propio del tenebroso mundo de los bajos instintos.
Finalmente destacamos, que los objetivos plasmados en el libro del Génesis satisfacen una de las características fundamentales de los mismos. Esto es: Pertinentes, lógicos, concretos, realizables, conservables y mensurables. Tiene que ser de esta manera, porque las metas y objetivos que nos planteamos tienen que corresponderse con nuestra finitud, o sea, con nuestra humanidad. Significa esto: con nuestras limitaciones y conforme a nuestras posibilidades …PORQUE SÓLO DIOS ES DIOS.
Definiciones:
La meta es un deseo que se plantea cumplir a largo plazo. Puede establecerse como el resultado final de la planificación, el fin último del proceso.
El objetivo suele ser un propósito más específico y estructurado que la meta, porque se pueden medir y observar los resultados. La meta es un estado deseado que puede ser más amplio y
abstracto, y que no implica una sola acción específica para alcanzarlo.
El propósito es la voluntad de hacer algo, los propósitos trabajan en deseos, sueños, objetivos y metas. Es algo que nos proponemos cumplir y hacer posible en algún momento. Por ejemplo: si la meta es comprar un vehículo para ir al trabajo, el plan debe ser ahorrar, y el propósito es estar mas cómodo, mas representado etc.…esto te dará un panorama bastante amplio de cual es el tipo de vehículo que debes comprar, la cantidad que debes ahorrar y el tiempo en que se cumplirá esa meta.
En otras palabras:
La meta es, el que.
El propósito, el para que.
El plan es, el como.
Si a la hora de plantearnos metas nos llevamos de estas normas y obedecemos a nuestros deseos, no a lo que se estila o lo que esta de moda lo mas probable es que lo logremos exitosamente.